En España, el 55% de las viviendas que conforman el parque edificado se construyó antes del año 1980, cuando se aprobó la primera normativa que fijaba unos mínimos de eficiencia
energética. Son unos 10 millones de viviendas. Pero, además, un análisis detallado de la calidad de los edificios existentes a partir de su calificación energética revela que más del 81% se sitúan en un nivel malo o muy malo en términos de emisiones. Un porcentaje que se eleva hasta el 84,5% en el caso del consumo energético.
La “ola de rehabilitación” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con
cargo a los fondos europeos Next Generation contempla la ejecución de 500.000
intervenciones en edificios de aquí a 2026. Pero ¿cómo se puede garantizar que la
rehabilitación de un edificio se beneficia de alguna de las ayudas públicas habilitadas, o que
puede desgravarse, o que la intervención se ajusta a las necesidades reales del inmueble y los resultados son duraderos en el tiempo y ofrecen un bienestar duradero a sus propietarios/as e inquilinos/as? Estas son algunas de las preguntas que se han respondido en la Jornada titulada “Las ventajas de REHABILITAR AHORA”. Una jornada coorganizada por el Consejo General de Economistas de España (CGE) y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos (CSCAE) en la que, además, se ha presentado una actualización de la Guía sobre desgravaciones fiscales para rehabilitación de viviendas y edificios residenciales a través de los fondos europeos Next Generation, publicada el año pasado por ambas entidades, y un decálogo para afrontar el proyecto de reforma de una vivienda o de un edificio con garantías.
En el acto han participado el director general de Vivienda y Suelo del Ministerio de
Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), Francisco Javier Martín, y los presidentes del CSCAE y del CGE, Marta Vall-llossera y Valentín Pich, respectivamente.