“La buena arquitectura no se salta las normas de juego propias de cada lugar”

ENTREVISTA EQUIPO GANADOR CONCURSO RICHARD H. DRIEHAUS

  • Carlos Vallecillos Moya, Javier Navarro Mateos y Guillermo Soria Alonso ganan el concurso internacional de Arquitectura Richard H. Driehaus

  • Por su proyecto para la puesta en valor del barrio de bodegas en cuevas y la rehabilitación de edificios en el municipio palentino de Baltanás

  • Este reconocimiento “celebra una manera de mirar y proyectar desde la sensibilidad que combina investigación y práctica”, aseguran los arquitectos

  • “El clima, el soleamiento y los materiales a disposición, es lo que acaba dando una imagen identitaria de las arquitecturas andaluzas”, valora el equipo

El equipo de jóvenes arquitectos granadinos Carlos Vallecillos Moya, Javier Navarro Mateos y Guillermo Soria Alonso se ha alzado con el premio del concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus, gracias su proyecto ‘Identidad Estereotómica. Centro polivalente y regeneración urbana en el frente sur del barrio de bodegas ‘El Cotarro’, en el municipio palentino de Baltanás.

El galardón fue recogido en la IX edición de los Premios de las Artes de la Construcción y, según destaca la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales impulsora del concurso: “La propuesta de Baltanás fue seleccionada por el jurado por la naturaleza holística de su enfoque para el complejo de bodegas y sus alrededores, y por la inclusión de un edificio que se transformará según la tradición constructiva local”.

El jurado también destacó la capacidad del proyecto para convertirse en un modelo de buenas prácticas para otros pueblos con complejos de excavaciones similares. El jurado destacó así “la gestión de los espacios del proyecto, el diseño arquitectónico de los nuevos volúmenes propuestos y su definición estructural y funcional; con un enfoque que destacó por su claridad organizativa, su adecuación formal y material al distrito de bodegas, y su viabilidad técnica”.

Desde el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos (CACOA) nos hemos felicitado por este logro para un equipo andaluz de compañeros y hemos querido saber más sobre ellos y su propuesta ganadora, a través de la presente entrevista.

Estado actual de la zona de intervención en Baltanás (Palencia)

¿Qué ha significado para ustedes recibir el primer premio del Concurso Richard H. Driehaus?

Guillermo Soria Alonso: Este reconocimiento significa para nosotros una oportunidad. Nos demuestra que existe un espacio en el que nuestra visión de la arquitectura, analógica y artesanal, es posible.

¿Cómo fue el proceso creativo y organizativo para participar en un certamen internacional con equipos de diferentes nacionalidades?

Guillermo S.A: Nuestra manera de trabajar es independiente del carácter del certamen, sea nacional o internacional. Siempre intentamos realizar un trabajo comprometido desde la identidad y la memoria del lugar en el que trabajamos.

¿Tenían alguna ventaja equipos españoles respecto a los de otras nacionalidades para interpretar el lugar y los espacios?

Guillermo S.A: Bajo nuestro punto de vista, existe un componente cultural de cada territorio que conlleva tiempo conocer y comprender y que resulta importante para acertar en la propuesta. Aquellos equipos internacionales participantes habrán tenido que trabajar más, pero sus oportunidades siguen siendo equitativas. Algunos de los ganadores y premiados de esta edición no son españoles, por ejemplo.

El equipo de arquitectos andaluz recoge la distinción (Fotografía: Andy Pulido)

¿Qué importancia creen que tiene este premio para la proyección internacional de jóvenes estudios de arquitectura como el suyo?

Carlos Vallecillos Moya: Ser premiados en una convocatoria internacional nos permite, aparte de visibilizar nuestro trabajo en un marco profesional más amplio, respaldar una manera de entender la arquitectura: arraigada al lugar, sensible al contexto y capaz de generar impacto social desde lo local. Además, este tipo de premios abre puertas a nuevas redes de intercambio y encargos que, de otro modo, serían más difíciles de alcanzar para estudios emergentes. Nos motiva que sea posible desarrollar arquitectura contemporánea sin renunciar a la memoria, identidad y sostenibilidad.

¿Qué señas de identidad del concurso Driehaus le hacen tan singular respecto a otros certámenes?

Javier Navarro Mateos: Este concurso es uno de los pocos que actualmente reconocen y valoran íntegramente el mantenimiento del patrimonio y de la historia e intentan velar por su legado frente a cualquier actuación contemporánea. No significa que no se pueda abordar desde un punto de vista contemporáneo, pero sí que está estrechamente ligado a una idea más conservadora. Nuestra aportación se centra ahora en llevar a cabo el proyecto ganador.

¿Cuál fue la inspiración detrás del concepto ‘Identidad Estereotómica’ y qué representa ese nombre en el contexto del proyecto?

Javier N.M: El concepto de ‘Identidad Estereotómica’ nació de la presencia de la piedra en el lugar. Entendimos que ni el conjunto de bodegas-cueva ni la intervención se entenderían sin la relación con este material. En nuestro caso, el proyecto perseguía la rotundidad de su uso, sirviendo para la rehabilitación de elementos existentes como muros y edificios, como para repavimentaciones y nuevos elementos que contemplamos como bancos y merenderos.

Una de las láminas resumen del proyecto ‘Identidad Estereotómica’

¿Qué elementos del paisaje, la historia y la cultura de Baltanás influyeron más en su propuesta?

Javier N.M: Nos llamó mucho la atención la imagen que generaban las chimeneas. Parece que afloran del propio cotarro. Esto combinado con los muros de piedra del lugar generan un paisaje cargado de identidad.

¿Podrían explicarnos cómo tradujeron su experiencia con las casas cueva de Granada al contexto palentino?

Javier N.M: Para nosotros es muy sugerente la imagen que generan las cuevas en el paisaje. Sus pequeñas aperturas, chimeneas, etc. parece que afloran del propio terreno como si fuese un hormiguero. Por otra parte, luchamos contra el entendimiento de las cuevas como espacios arcaicos y tercermundistas para valorar las múltiples ventajas que ofrecen como las condiciones climáticas tan estables o la sensación de cobijo y protección. Y aunque en Granada se utilizan como viviendas y aquí como bodegas, en ambos lugares recogen características muy similares para que funcionen como cuevas, como por ejemplo tener una buena ventilación o estar acabadas con determinados materiales son algunas premisas para que el interior funcione a prueba de humedades y desprendimientos.

¿Qué desafíos encontraron al diseñar una propuesta en un entorno que no es el propio, aunque es español, pero con el que comparten elementos como las cuevas?

Javier N.M: el principal desafío era entender el lugar y su historia, y a partir de aquí hacer un cribado de lo preexistente. Lo complicado realmente era una vez hecha esta síntesis, cómo podíamos potenciar aquello realmente valioso con lo menos posible y con una actuación sencilla y clara.

La actuación es integral en todas las antiguas bodegas que ocupaban todo un barrio.

Como andaluces ¿Consideran que la arquitectura andaluza contemporánea, y de las últimas décadas, ha sabido reinterpretar los elementos arquitectónicos clásicos para pasarlos a un nuevo lenguaje o no siempre ha habido éxito en conseguirlo?

Guillermo S.A: Es difícil responder a esta pregunta desde una óptica tan prematura como la nuestra en la materia. Sentimos que en las últimas décadas la arquitectura andaluza y la nacional se han desarrollado en distintas vertientes y desde varias escuelas. Creemos que la arquitectura que comentáis, aquella que reinterpreta la tradición y la mantiene viva desde un nuevo lenguaje, acaba siendo minoritaria dadas las tendencias del mercado hacia una arquitectura superficial y anodina. Aun así, consideramos que cada vez los nuevos arquitectos son más conscientes de la tradición arquitectónica y constructiva andaluza y hay margen de mejora en ello.

¿Hay algunos ejemplos que les parezcan particularmente exitosos?

Guillermo S.A: Los de Antonio Jiménez Torrecillas, Sol89, Pablo Millán o Ignacio Laguillo son algunos estudios de arquitectura andaluces que ejemplifican con éxito una filosofía de trabajo y de concepto para con la arquitectura desde la memoria y la sensibilidad.

ASPECTOS TÉCNICOS DEL PROYECTO

¿Qué materiales locales propusieron emplear en la rehabilitación y por qué?

Carlos V.M: Fundamentamos la propuesta principalmente en el uso de la piedra, respuesta a un contexto donde desde la arquitectura tradicional subterránea hasta la mampostería de las construcciones domésticas en superficie se define por el uso de este material. Se manifiesta actualmente en muros, pavimentos, chimeneas… que satisficieron los principales usos y necesidades de este conjunto constituyendo una clara identidad paisajística. Reconocer estos elementos han marcado las directrices estratégicas de actuación a favor de una “estereotomía heredada” con el fin de aportar orden, coherencia y dignidad al conjunto de la intervención.

 ¿Cómo integra su propuesta para Baltanás los principios de sostenibilidad, tanto desde lo ambiental como desde lo cultural?

Carlos V.M: Apostamos por un modelo de intervención integral que combina técnicas tradicionales y materiales locales con criterios contemporáneos de sostenibilidad. Piezas cerámicas, paneles de corcho, mortero de cal, lana de oveja y madera de enebro son algunas de las soluciones propuestas que constituyen un ejemplo vivo de la tradición constructiva de la región y buscan servir como ejemplo de buenas prácticas, replicable en otros municipios que cuenten con patrimonio similar. A su vez, este modelo refuerza y revitaliza la identidad cultural del lugar, actuando como motor de regeneración social, paisajística y urbana.

De izquierda a derecha los autores ganadores del proyecto: Javier Navarro Mateos, Carlos Vallecillos Moya y Guillermo Soria Alonso

 ¿De qué manera la intervención en las bodegas y el edificio en ruinas preserva la memoria del lugar sin caer, en cierto modo, en una ‘musealización’ excesiva?

Carlos V.M: Mediante una lectura previa que reconoce las trazas y elementos a prevalecer tanto del antiguo lagar en ruina como de la bodega excavada. De este modo, se continúa la estrategia de actuación urbana a una escala más cercana, exponiendo un lenguaje estereotómico que responde al conjunto de interés cultural, ayudando a su interpretación.

¿Cómo influyó su formación en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada en su visión del proyecto?

Carlos V.M: Existe en la ETSAG una implicación directa por el paisaje y las experiencias llevadas a cabo en él, se fomenta a lo largo de la etapa académica una sensibilidad a la hora de afrontar el proyecto a través del contexto y la memoria, que permite plantear no solo transferencias materiales de su entorno más cercano, sino socioculturales que dan coherencia e integración a la propuesta tanto en el espacio como en el tiempo. En definitiva, esta metodología de trabajo   que heredamos de la Escuela ha dirigido la estrategia para concebir las soluciones planteadas.

¿En qué medida la tradición arquitectónica andaluza ha moldeado su enfoque profesional?

Guillermo S.A: No creo que podamos hablar en nuestro caso de haber recibido una gran influencia de aquello que denominamos tradición arquitectónica andaluza, si es que podemos acotarlo dentro de la heterogeneidad del territorio.  Sí que consideramos que nuestra ciudad, Granada, y su patrimonio cultural, histórico, paisajístico y arquitectónico nos ha ayudado a organizar nuestro discurso en el ámbito profesional.

Se extrema el respeto a los materiales de los viario y del interior y exterior de los edificios.

 ¿Encuentran diferencias entre la arquitectura que se produce en Andalucía y la del resto de España? ¿Cómo se percibe la arquitectura andaluza en el exterior?

Javier N.M: Hablar de la arquitectura que se está produciendo actualmente en Andalucía de forma global, a mi forma de verlo, es un error. Hay arquitecturas de muchos tipos e incluso algunas que solo se proyectan con carácter especulativo y que son capaces de arrasar con paisajes, naturaleza, preexistencias, culturas sin tener ningún tipo de consideración. A lo que sí podemos responder es a las diferencias que encontramos nosotros de la buena arquitectura andaluza con respecto de las del resto del país. Para nosotros la buena arquitectura, sea de donde sea, es aquella que no se salta las normas del juego propias de cada lugar, en nuestro caso es imprescindible tener en cuenta el clima, el soleamiento, y los materiales de los que disponemos, lo que acaba dando una imagen identitaria de las arquitecturas andaluzas.

En comparación con otras corrientes internacionales, ¿Dónde creen que se ubica la arquitectura española actual en cuanto a innovación y respeto por el entorno?

Javier N.M: Realmente la arquitectura española tiene un legado histórico difícil de comparar con el de otros países, no solo por la cantidad sino por la diversidad de civilizaciones y culturas que han ido dejando su granito de arena, por lo que pienso que es una arquitectura que intenta poner el valor todas estas preexistencias históricas y que sabe jugar muy bien con el pasado del lugar y del entorno. Por otra parte, intenta seguir a la moda, por lo que no se baja del carro de corrientes más innovadoras que buscan nuevos retos como por ejemplo la sostenibilidad de nuestras ciudades y edificios o nuevas formas de vida que respondan por ejemplo al avance tecnológico tan bestial que se está produciendo.

Carlos Vallecillos Moya en su intervención de agradecimiento en la entrega del galardón.

VISIÓN DEL FUTURO

 Están en proceso de formar su propio estudio: ¿Cómo imaginan ese espacio creativo y qué valores esperan que lo definan?

Guillermo S.A: Por ahora estamos en fase preliminar de búsqueda y concepción, tenemos claro que necesitamos un espacio que nos resulte sugerente para trabajar. Nos gustaría habitar un espacio en desuso, una pieza urbana que se encuentre huérfana y que no se vea afectada por la voracidad del mercado inmobiliario. Obviamente, encontrar un lugar así llevará su tiempo, pero por ahora no tenemos prisa.

 ¿Hay planes para participar en más concursos o trabajar en nuevas intervenciones patrimoniales a corto plazo?

Carlos V.M: Sí, consideramos el comienzo un buen momento para correr riesgos. Para nosotros, el formato del concurso es una herramienta muy útil, ya que permite mantener ejercitado el “proyectar” como si de un músculo se tratase. Obliga a sintetizar las ideas y a ser claros en la propuesta, lo cual ayuda mucho a obtener bagaje en la disciplina.

Además, siempre es bonito dejarse emocionar por un lugar. Cada contexto tiene una historia que contar, y nos motiva mucho escucharla. Esa relación emocional con el entorno es lo que guía nuestra manera de intervenir, especialmente cuando se trata de patrimonio.

 ¿Qué papel creen que debe jugar la arquitectura en la recuperación de entornos rurales o en peligro de despoblación, como Baltanás?

Guillermo S.A: Ya sea desde la arquitectura o el urbanismo, es prioritario que los arquitectos participemos en los problemas actuales de las ciudades y los territorios. El papel debe ser fundamental, pues para ello hemos sido formados, pero creo que, desde una óptica de escala, como directores, y junto a un equipo multidisciplinar que apoye en las diferentes patas de la solución.

Estado actual de una de las edificaciones de arquitectura subterránea.

¿Cómo entienden ustedes el equilibrio entre preservar el pasado y responder a las necesidades contemporáneas de los habitantes?

Carlos V.M: Entendemos que preservar el pasado y responder a las necesidades contemporáneas no son dos acciones en conflicto, sino partes complementarias de un mismo acto proyectual. En contextos patrimoniales buscamos ese equilibrio a través de una lectura sensible del lugar: reconocer lo que ya está, entender su historia, su materialidad y sus formas de uso, para desde ahí proponer una continuidad coherente con el presente.

No se trata de congelar el patrimonio, sino de activarlo. Preservar no es fijar una imagen nostálgica del pasado, sino mantener vivos sus valores mediante nuevas funciones que respondan a la realidad actual de los habitantes. Por eso la intervención apuesta por rehabilitar con técnicas tradicionales, pero también incorporar espacios de encuentro, formación y exposición que proyectan una dimensión contemporánea del lugar.

Diseño interior del Centro Polivalente incluido en el proyecto de dinamización.

¿Qué aprendizajes creen que podrían trasladarse desde este proyecto a otros contextos similares, dentro o fuera de España? ¿Comparten ideas y enfoques con los otros proyectos premiados en esta edición del concurso, tanto el de Teruel como el de Navarra?

Guillermo S.A: Bueno, creemos que nuestra manera de proceder y enfrentarnos a este proyecto es extrapolable a diferentes contextos. Tampoco es algo que hayamos inventado nosotros. Cualquier contexto admite una lectura de su memoria, su tradición y una reinterpretación desde la honestidad constructiva y el respeto al entorno.  Creemos que el jurado del concurso ha sabido leer muy bien tanto en las propuestas ganadoras de Navarra y Teruel, como en la nuestra, esa voluntad por el reconocimiento del lugar mediante el dibujo y el análisis detallado de las soluciones constructivas adaptadas al contexto.

¿Qué consejo les darían a estudiantes de arquitectura que buscan involucrarse en proyectos con impacto social y cultural?

Carlos V.M: Nuestro consejo sería que se acerquen a los proyectos con honestidad, curiosidad y compromiso. Involucrarse en intervenciones no es solo una cuestión técnica, sino sobre todo una actitud por empaparse del lugar.

 ¿Cómo les gustaría que quedase la intervención en Baltanás dentro de 10 o 20 años? ¿Creen que podrán movilizar a entidades públicas y privadas para activar, al menos, determinados porcentajes del mismo?

Javier N.M: Bueno, realmente ya estamos en contacto con las diferentes entidades municipales para llevar a cabo el proyecto, aunque sea en distintas fases. La idea es desarrollar e intentar ejecutar el proyecto acorde a los fondos de los que dispongamos y a la prioridad que requiera cada fase. Esperemos que en 10 o 20 años haya parte ya realizada o al menos que siga en proceso, ya que creemos que el lugar está pidiendo a gritos algún tipo de intervención sea antes o después.

5/9/2025
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ARQUITECTURA