La presidente del CACOA, Noemí Sanchís, la decana del COAH, Miriam Dabrio, y la arquitecta Mari Luz Galdames debaten sobre el papel de las arquitectas andaluzas.
(A.M.V.) El ejercicio profesional de la arquitectura desde la perspectiva femenina, así como la adaptación de la sociedad a la incorporación de las mujeres al diseño arquitectónico fue el tema principal en torno al que giró el programa de TV ‘Con nombre de mujer’ en el canal Teleonuba.
La conversación estuvo protagonizada por tres referentes de la arquitectura femenina de Huelva, quienes abordaron asuntos comunes al ejercicio profesional en Andalucía: Noemí Sanchís, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos (CACOA), Miriam Dabrio, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva (COAH) y Mari Luz Galdames, socia de un destacado estudio junto a Luisa Alarcón.
En este sentido, la presidente del CACOA, Noemí Sanchís, admitió que es cierto que “con el nivel de responsabilidad que se demanda, la desconfianza social y la exigencia y carga técnica actuales, añadida a la subasta económica que hay en la calle, las dificultades de la maternidad no son ningún mito, porque parece que tener hijos es un problema, cuando en realidad es una suerte, y entiendo que tenemos que buscar, entre todos, la conciliación familiar”.
La decana del COAH, Miriam Dabrio, recordó los recientes años, “donde se ha sufrido mucha prevaricación y mucho encargo de despacho, y no por méritos propios o por concursos. Y eso va siempre en beneficio de quien tiene esos contactos, pero en perjuicio de la mujer, porque esos despachos no han sido nunca de mujeres y esos puestos clave en la Administración estaban normalmente copados por hombres y políticos, donde tampoco se da la ratio del 50%, por lo que la mujer lo tiene bastante complicado”.
Las tres coincidieron en destacar que en el ámbito de los Estudios privados de Arquitectura las mujeres no suelen tener problemas, pero es “cuando llegamos a la gran promoción y la escala de los negocios donde la mujer lo tiene más difícil”, indicó Mari Luz Galdames en referencia a un sector de la construcción “muy masculinizado, donde solo hay mujeres entre arquitectos y arquitectos técnicos, mientras que constructores, promotores y operarios son hombres”.
En la charla conducida por la periodista María Paz Díaz, se resaltó que la profesión pasa por un momento complicado tanto para hombres como para mujeres y sin diferencias notables en el ejercicio en función del sexo, “pero sí las hay cuando hay un 60% de las estudiantes universitarias de Arquitectura, sin embargo, no acaban montando su propio Estudio, que se supone que es el tipo de trabajo al que aspiras cuando estudias la carrera”, lamentó Galdames.
Por lo que las mujeres, cuando terminan su Grado, se dedican más a otro tipo de facetas de la profesión como la docencia o el trabajo en la Administración, sin que presencia de mujeres en los Gabinetes de arquitectura no es equiparable al número de estudiantes, y es que ya desde los años 90 había paridad, con lo que “algo” sigue pasando.
La presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Arquitectos, Noemí Sanchís.
Las mujeres presentan “otra mirada y percepción de las cosas cuando abordan un proyecto y comienzan a trabajar con sus compañeros”, señaló Noemí Sanchís, pero recordó que ya desde la Escuela de la Bahuaus “hubo problemas para que las mujeres pudieran ocuparse de los grandes problemas de arquitectura, para dedicarse mejor a temas algo menores”, un matiz que no parece que se haya llegado a superar por completo en nuestros días “cuando se da mucho que haya socios, parejas o matrimonios, que cuando tienen que ir a recoger un premio o acudir a un debate o cualquier otro acto suele ir él, porque ellas lo tienen más complicado”.
“Se traslada en gran medida el rol que hay en la sociedad, donde la mujer está más en el trabajo en el estudio y el hombre en la calle tratando con el cliente, visitando la obra, etc.”, apuntó Galdames, abundando en la creencia extendida de que “a la mujer no le gusta el trabajo de calle, cuando eso no es cierto. A mí hay trabajo de estudio que me gusta y de calle que no me gusta, y probablemente sea el mismo que al hombre”. En su opinión, esta rémora se arrastra porque, hasta hace bien poco, se consideraba que “la mujer no tenía capacidades para las matemáticas o el dibujo, y en general tiene mucho que ver también con la educación que se recibe”.
TRATO ‘PATERNALISTA’ HACIA LA MUJER
Afortunadamente, esto ha cambiado y las tres arquitectas aseguran no haber sufrido en el ámbito privado de su ejercicio profesional capítulos de machismo en ninguna obra, con clientes o trabajadores, y siempre se han sentido tratadas con respeto y confianza.
Por el contrario, ese trato plenamente igualitario no lo ha percibido así en el ámbito institucional la presidenta del CACOA, al señalar que sí ha encontrado “ese rechazo en el ámbito institucional, no en Huelva, donde formamos una Junta de Gobierno pionera en España, pero sí en general en los ámbitos institucionales”. Prueba de ello - añadió- son los debates políticos, donde los candidatos son hombres, “pero las portavoces del trabajo sucio son mujeres que hacen la parte desagradable, temas complicados o agresivos coyunturales”. Para Noemí Sanchís, quien preside un organismo que se dedica precisamente a la representación de los colegiados a nivel autonómico y provincial, “se trata de una forma generalizada de trabajar a escala piramidal en nuestro país que cuesta mucho romper, en lugar de hacerlo en una forma transversal”.
Estas profesionales sí aprecian aún cierto sesgo en el trato profesional hacia ellas: “Nosotras no necesitamos de ningún tutor para ir a las reuniones; es una especie de paternalismo, sin mala intención, pero que se traslada a todos los ámbitos de la sociedad”, asegura Sanchís, que pone como ejemplo el que tampoco haya muchas mujeres urbanistas, “porque el Urbanismo también se ha tratado en general de forma un poco masculina”.
En esta línea, Miriam Dabrio, responsable de Planeamiento en el Ayuntamiento de Huelva, consciente de las dificultades de las compañeras arquitectas confirma que al sentarse a diario con compañeros, promotores e inversores interesados en la ciudad “en muy pocos casos son mujeres, y suelen ser representantes masculinos de promotoras, bancos y estudios regentados por hombres que, además, suelen ser de fuera de Huelva, debido a que la mediana empresa constructora de aquí casi ha desaparecido”.
Mari Luz Galdames, del Estudio Galdames-Alarcón.
Y es que los horarios, por lo general, no están adaptados a la vida familiar y aunque hay “un nuevo aliado en la tecnología” para desarrollar reuniones vía telemática, como valora Noemí Sanchís, Mari Luz Galdames cree que se deben “naturalizar más” las particularidades de la conciliación: “No pasa nada porque vayas a alguna reunión con un niño o esté en el estudio en determinadas ocasiones, porque al final nuestro trabajo es algo muy práctico y el constructor y los clientes lo que esperan es que se les den soluciones y ver que eres una buena profesional”.
REPRESENTACIÓN, VALORACIÓN SOCIAL Y CRISIS PROFESIONAL
Respecto a los puestos de representación a cargo de mujeres en el sector Noemí Sanchís admite que “le sigue sorprendiendo ser la primera mujer presidente del Consejo Andaluz, pero lamentablemente es así, a pesar de ser una responsabilidad nada fácil, pues se trata de un organismo sobre el que no hay mucha conciencia, ni siquiera entre los arquitectos. El CACOA permite llevar los asuntos a otra escala y enfocarlos adecuadamente de forma global. Tenemos muchas cosas en práctica y en estos dos años hemos ido adaptando la estructura para poder lanzar las iniciativas que tienes en mente y seguimos luchando e ilusionados, con muchos proyectos encima de la mesa”, explicó la presidenta del Consejo.
Hay muchos temas importantes que resolver en el ámbito de la arquitectura en Andalucía “tanto en vivienda, movilidad, medio ambiente, patrimonio o en materia de primeras necesidades básicas sociales y, como siempre digo, la arquitectura rige y afecta a muchos espacios para la vida y al final tenemos competencias transversales y muchos temas que trabajar”.
En este sentido, la decana del Colegio de Arquitectos de Huelva, Miriam Dabrio, destacó que los Colegios están luchando después de largos años de crisis urbanística e inmobiliaria y, a diferencia de otros territorios, “Huelva y buena parte de Andalucía no termina de salir de esa crisis, por lo que todas nuestras intervenciones tienen que ir encaminadas a que la profesión del arquitecto es sinónimo del interés general de la provincia”. Para Dabrio, el reconocimiento a los profesionales sigue siendo una asignatura pendiente, en esta sociedad de mercado que no entra a valorar “cuál es tu grado de responsabilidad, como ocurre en todas las profesiones técnicas”.
“En esta sociedad con tantas ventajas ha habido un retroceso en esa valoración. Estamos todo el día cumpliendo requisitos técnicos de seguridad de las personas, en obras y edificios pero, realmente, en este mundo de la inmediatez parece que los proyectos aparecen con un chasquido sin que haya una gran carga de esfuerzo por detrás”, concluyó la decana del COAH.
Miriam Dabrio, decana del Colegio de Arquitectos de Huelva. (COAH).