(Artículo publicado en Idealista/news).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta a España del aumento de la brecha social, agravada por la pandemia del coronavirus. A la desigualdad de ingresos se suman los problemas de accesibilidad a la vivienda de muchos jóvenes, por lo que recomienda ampliar la oferta en el mercado de alquiler acabando con las trabas burocráticas, para incrementar el parque residencial, evitar la inseguridad jurídica y una excesiva regulación de los alquileres.
Los problemas de acceso a la vivienda ya se venían produciendo en España desde la crisis de 2008. Los trabajadores menos cualificados fueron los más castigados por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, una situación que les impidió ser propietarios de una casa y les llevó a mirar hacia el alquiler. A ellos se están sumando desde hace unos años los jóvenes que acceden al mercado laboral con sueldos relativamente bajos, especialmente en las áreas urbanas. Ellos tampoco están accediendo a una vivienda en propiedad por la falta de ahorros y las condiciones estrictas para acceder a un crédito hipotecario.
Pero este aumento de la demanda en el mercado de alquiler no ha venido acompañado de un incremento de la oferta de pisos en arrendamiento. Una tendencia que ha contribuido a un aumento de los precios de los alquileres, sobre todo en los últimos años.
“La crisis del covid-19 podría empeorar los problemas de acceso a la vivienda en alquiler, especialmente para los más vulnerables”, afirma el FMI en su estudio. “El confinamiento por el estado de alarma que paralizó el país puede agravar más aún los problemas de accesibilidad por los menores ingresos de los inquilinos, que por la posible caída de los precios de alquiler”, destaca el organismo internacional, en particular cuando expiren las medidas de alivio temporal adoptadas por el Gobierno español, como la moratoria sobre los desalojos y las rentas del alquiler.
El Fondo Monetario Internacional hace un análisis del mercado en la última década tomando datos de varias estadísticas, entre las que se incluye idealista, ante la falta de datos oficiales de esos años, aunque valora que se han publicado hace poco nuevos datos oficiales sobre los precios de las viviendas de alquiler.
“Con estos datos, vemos que los precios del alquiler a nivel nacional comenzaron a subir en 2014. En agosto de 2020, los precios de alquiler están alrededor de un 30% más altos que en 2007”, destaca el informe. “Sin embargo, los precios de venta están aproximadamente un 15% más bajos que en 2007”, compara el FMI con datos de idealista.
El FMI destaca que el Gobierno español está tratando de contrarrestar estas presiones con medidas como la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos, que vuelve a ampliar los contratos a cinco años, y un aumento de los subsidios para los inquilinos con bajos ingresos.
La accesibilidad al mercado del alquiler se deterioró después de la crisis financiera mundial. España es uno de los países de la UE con la mayor tasa de esfuerzo para los inquilinos, es decir, aquellos que gastan más del 40% de sus ingresos en los costes totales de la vivienda. Según datos de Eurostat, la "tasa de esfuerzo" se mantuvo en 2018 por encima del nivel anterior a la crisis financiera de 2008.
Ante todo esto, el Fondo Monetario Internacional ofrece algunas consideraciones al Gobierno español para mejorar el acceso a la vivienda en alquiler:
Por un lado, pide mejorar la oferta de viviendas acabando con los obstáculos regulatorios y sugiere simplificar la normativa de construcción para impulsar la construcción de un mayor parque residencial en alquiler, aumentado también así la oferta de alquiler social o asequible.
Por otro lado, "se debe evitar tanto la sobreprotección excesiva del arrendamiento como la inseguridad jurídica para el sector inmobiliario para evitar efectos adversos en la oferta de viviendas de alquiler que intensifiquen los problemas de accesibilidad”.
Los esfuerzos de las diferentes Administraciones podrían centrarse de manera útil en abordar las limitaciones del lado de la oferta, ya que la elasticidad de la oferta de vivienda es relativamente baja en España, al tiempo que garantice un acceso rápido a los más necesitados, aclaran desde el FMI.
Entre esas prioridades del Estado pide: